La premisa fue evitar el contacto con las personas, por lo que el código QR fue la alternativa más usada por las personas durante la pandemia, evitando también el contacto con superficies y objetos.
Siendo primos cercanos de los códigos de barra, estos últimos logran almacenar información de manera vertical, mientras que los códigos QR lo hacen de formar vertical y horizontal, por lo que son muchos más versátiles a la hora de guardar información.
La accesibilidad fue otra de las características que otorgó su espacio a este tipo de códigos, pues mientras para el código de barras requerías de un aparato especial para identificar productos, para los códigos QR sólo necesitas un Smartphone pues fueron diseñados para ser reconocidos por la lente tu teléfono celular.
¿Pero pueden ser un elemento peligroso?, la verdad es que no por sí solos, pues sólo son una forma de almacenamiento de información. No obstante, tal como es peligroso dar click en algún correo electrónico malicioso, escanear un código QR desconocido, puede llevarte a un link que no quisieras entrar.
Los delitos más comunes relacionados a los códigos QR son el denominado “Pishing”, donde a través de un elaborado sitio intentan que ingreses tus datos personales, como nombre y contraseña de algún servicio que ocupas, como un banco. Incluso, se ha visto que hoy utilizan URL de páginas reales para a través de ella lograr engañarte.
Por ello, es importante que cada vez que te enfrentes a un código QR te puedas asegurar de algún modo quién es el que comparte dicha información, evitando de esta manera caer en estafas o acciones maliciosas a tu teléfono.